La dieta bolena y las pruebas que nos pone el Señor...

Tengo una mala noticia que daros: Dios existe, se llama Dukan.

Sí. Ese franchute cabrón sabe que existimos, lee nuestro blog y está dispuesto a sabotearme. 

Llevo semanas sin escribir sobre el tema porque a veces me da la impresión de que cuando actualice el blog con un post dietil, todas estaréis esperando un resultado de -10 kg en un mes, seguido de un ¡uaaalaaaa!. Yyyyyyyyy.... no es el caso.

A mi favor diré:

- Comer siempre a la misma hora (y que no se convierta en una comida-merienda). SUPERADO.

- Comer más de 1 vez al día para no llegar a la noche y esperar en la ventana a que pase un vecino para arrancarle un brazo de cuajo. SUPERADO, también.

- Hacer más ejercicio. SUPERADO CON CRECES.

- Dejar de trabajar a una hora razonable para que el estrés no me provoque vómitos, que es lo único que me falta. SUPERADO again.

- Olvidar que existe la báscula. SUPERADO (y más fácil de lo que pensaba).

Desde hace varias semanas además de superar varios de mis malos hábitos alimenticios, adquirí la bonita costumbre de cerrar el estudio a las nueve menos cuarto de la noche y salir en busca de La Reina Madre para darnos unas buenas "caminatas", de esas en las que te cuentas la vida en verso, te desfogas y te salen unas ampollas como berenjenas (es que mi reina madre es un Fermín Cacho en potencia).

Además, la semana pasada me apunté también al gym para acompañar al consorte que ha de nadar para que su espalda de quiromasajista no pete.

Creía que lo del gimnasio iba a ser la misma mierda el mismo rollo de siempre, pero de momento, ¡estoy feliz!. Sólo voy una hora y cuarto y aprovechando que hay spinning (y no por subirme a una bici, que en mis condiciones expulsaría el bazo, sino porque con el "musicote" una se viene arriba).

Hago una tabla que está en un punto medio entre la de una abuela de 80 años y una recién parida: 30 minutos de cinta, unos cuantos aparatos para endurecer las piernas, el pompis y los pechotes y otros 15-20 de bici, de esas que estás apoyada como si fueras en un tronco-móvil de los picapiedra.

Y aquí es donde he descubierto mi "panacea". El ejercicio me quita el hambre. 

Sí, sí, lejos de lo que pensaba que ocurriría, resulta que cuando vengo de andar o de hacer mi tabla del inserso a duras penas me tomo medio sandwich de jamón cocido y un vasito de leche.

Conclusión: mi ansiedad era para ponerle UN PISO.

Y ahora es cuando viene lo malo. En esta vida sólo tengo tres opciones:

- Asumir que el ejercicio es vital en mi triste vida para compensar mis arrebatos ansiosos y empezar a funcionar como un ser consecuente y cabal.

- Que me toque la lotería para no tener que trabajar nunca más y así desterrar el estrés y olvidarme de que hay crisis y hacer una hoguera con los periódicos y ponerme a procrear como la loba de Rómulo y Remo.

- Hacer una lámina que ponga: "Tu esencia está en las curvas (y no en las de la M-30 precisamente)".

Sinceramente, no me preocupa. Zamora no se conquistó en una hora y a lo mejor el hecho de cumplir años también ayuda (para bien). Eso quiero pensar, aunque lo mismo dentro de un par de años digo: "Annnnndaaaaaaa y que le zurzaaaaannn a las malditas dietas del demonio!!!".

Como veréis, sólo me he desviado unas 200 líneas de mi frase inicial. A estas alturas seguro que esto ya no le sorprende a nadie (miaj).

Cualquiera que haya estado presente en mi vida en estos últimos meses, habrá comprobado con sus ojos que ya no como guarrerías a "deshoras", hago ejercicio un mínimo de 4 veces a la semana y además no juego con mi salud porque procuro que no falte ningún alimento en mi dieta.

Pues muy bien, esta mierda todo esto se reduce a la increíble cifra de: - 3 kgs!!!! (vaaaaayaaaa timoooo!!!).

¿Por qué?

- Pues porque me niego a vivir de proteínas aunque sepa que con ese método perdería 3 kgs cada 15 días. 

- Porque vas al gimnasio y quemas grasa, pero haces músculo (y hay que ver lo que pesan los jodíos).

Voy a estar la vida de siete, lo sé. Pero cuando empecé esta etapa con los 2 posts anteriores me prometí y os prometí, que esta vez, haría las cosas con cabeza, aunque eso claramente se traduzca en una pérdida de peso leeeeenta. Y es que al final esta no-dieta, está siendo más bien una NUEVA EDUCACIÓN.

Dukan quiere que vuelva al redil porque la realidad es ésta:

- En un mes con su dieta llegué a perder (hace 2 años) unos 6 kgs.
- En un mes con la no-dieta y el ejercicio, he conseguido unos 2 kgs (y 1 kg más estos últimos 15 días).

Y ahora es cuando con mis 32 añazos me pongo serena y madura y pienso:

"Tardarás el doble de tiempo (quizá el triple) en conseguir el mismo resultado, sin embargo, si después de 9-10 meses te has acostumbrado a este plan, sin las consecuencias pésimas del otro método, ¿qué más da que la pérdida sea tan lenta? ¿Acaso es éste el último verano de tu vida? Pues no."

Y no sé si será cierto que la edad tiene más que ver de lo que pienso pero reconozco que el simple hecho de verme más tranquila y menos asqueada me compensa tanto como cuando perdía peso a la velocidad del rayo. Que por otro lado, digo yo que más que grasa, lo que pierdes con los métodos ultrarrápidos debe ser líquido retenido en un 70%... de ahí que cuando recuperas una vida normal, los 15 o 20 kilos vuelven a ti como un imán y con intereses.

*Conclusión:

Como casi todo en esta vida, cualquier reto que te propongas, es cuestión de paciencia. Y sobre todo, de quererse y valorarse. Algo que no te enseñan en la escuela, pero que todos estamos obligados a aprender.

(P.O.D.E.M.O.S)

Hermanas Bolena... TENEMOS UNA SORPRESA. El próximo domingo, en honor al "día de la Reina Madre", no seremos nosotras las que escribamos, sino nuestra Reina :________) ¡¿Vendréis?!